Primera clase: Introducción a la iridología y los signos iridológicos (iridología clásica).

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HISTORIA DEL DIAGNÓSTICO POR EL IRIS

La iriología es el estudio de las alteraciones del iris en correspondencia con los órganos del cuerpo. En el transcurso de los años numerosos estudiosos se han dedicado al estudio sistemático de las otras partes del ojo, como la esclerótica y su vascularización (la esclerótica para los profanos es el “blanco del ojo”), intentando siempre relacionar las alteraciones de dichas partes con enfermedades o problemas en los demás órganos. La historia de la iriología se inicia en Occidente con el médico y filósofo griego Hipócrates de Cos (460-377 ac), considerado descendiente directo del divino Esculapio, fundador de la ciencia médica occidental.

Durante siglos la ciencia iriológica fue una enseñanza secreta; en el arte pictórico del Bosco, que vivió entre 1453 y 1516 y que fue mago y alquimista, se han hallado indicios y textos raros referentes a esta enseñanza que sólo podía obtenerse oralmente o a través del estudio de los antiguos.

En 1670 se publicó en Dresde el libro Chiromantia medica, de Philippus Meyen: en él se describía con bastante precisión el mapa del iris tal como se conoce hoy en día.

En 1695 editó en Nuremberg un libro sobre iriología Siegmund Eltzoltz y en 1786 apareció un ensayo de Christian Haertels titulado De oculo et signo. En China la ciencia médica local siempre había utilizado el ojo como monitor de diagnosis del estado de los órganos internos. En 1724 apareció un ensayo del emperador Cheng Lung que describía este arte diagnóstico.

Pero la iriología moderna nació gracias al médico húngaro Ignaz von Peczely, de Budaspest (1826-1911), que en 1873 publicó en lengua magiar el primer libro sistemático sobre iriología.

Peczely consiguió demostrar, estudiando numerosos casos clínicos, que existían relaciones concretas entre ciertas enfermedades y determinadas partes del iris.

Peczely describe la observación casual que lo llevó a intuir la relación existente entre el iris y los demás órganos del cuerpo de esta manera: “Cuando era niño, mientras intentaba cazar una lechuza, le rompí sin querer una pata; al día siguiente pude constatar la aparición de una ancha fisura negra en su iris”.

Más adelante Peczely estudió medicina sin dejar nunca de realizar observaciones en el iris de sus pacientes; sin embargo, cuando empezó a dar conferencias sobre este tema para sus colegas médicos no obtuvo más que burlas y sarcasmos. En 1873 publicó su primer libro, Iriodiagnosis, y en 1886 apareció un artículo suyo en una revista homeopática que dio inicio a una exitosa relación entre la iriológía y homeopatía, la cual ha llegado hasta nuestros tiempos.

La observación del iris no sólo es útil para los médicos y el diagnóstico de enfermedades, sino que a través de la misma cualquier terapeuta puede hacer un análisis de las diversas marcas y llegar a conocer cómo se encuentran la energía vital del individuo y cada uno de sus órganos. Debido a que nuestro cuerpo físico está interrelacionado con nuestro cuerpo de energía todo lo que esté afectándonos físicamente también afectará nuestros centros energéticos y meridianos. El diagnóstico del chi por el iris pretende aunar un sistema de observación tan moderno y preciso como la iriología con otro milenario e igualmente como el diagnóstico oriental, para dar a conocer el estado y el nivel de circulación de la energía vital en el cuerpo y los órganos de los individuos.

 

EL EXAMEN DEL IRIS

 

 Se observan:

color

contextura

rosario linfático

anillos nerviosos

corona simpática

manchas psóricas

lagunas

criptas

signos de debilidad

inflamaciones

colores de intoxicación

personalidad

trastornos psíquicos (pupilotonía)

 

Iremos aprendiendo a reconocer cada uno de estos signos.

A continuación, es imprescindible aprender a interpretar el lenguaje de cada signo iridal.

Con el tiempo y la práctica se torna un idioma “natural” para el iriólogo.

 

Colores del iris

 

Los únicos dos colores de iris naturales o normales son azul celeste brillante y avellana moreno claro brillante.

Azul celeste. Las células cromatósferas del estroma no son pigmentadas, no llevan pigmento, sino que adquieren sobre el fondo oscuro del epitelio la coloración azul celeste, pues reflejan una porción de rayos de ondas cortas que azulean brillantemente.

Avellana moreno claro. Las células cromatósferas del estroma contienen un color moreno que comunica al iris su color avellana claro.

 

Densidad o contextura

 

Solidez del tejido iridiano, trama fibrosa (independiente de colores o signos). Puede darse un iris de contextura fuerte y buena, lleno de manchas, por ejemplo. O al contrario, un iris con pocos signos o manchas, pero de textura débil.

Indica el tono general del sistema orgánico, y por tanto dará idea de la capacidad de recuperación frente a la enfermedad.

Contextura normal: estroma o capa externa del iris bien desarrollado, colocación de fibras perfecta. Superficie del endotelio (capa inferior al estroma) limpia, de superficie lustrosa.

Contextura defectuosa: fibras nerviosas y musculares del estroma colocadas desigualmente. Puntitos gelatinosos.

Haciendo numerosos estudios de iris de personas o animales observando al principio solamente la contextura, se aprende a interpretar cuándo un iris es normal o débil de textura.

 

Aclaración

 

En muchas ocasiones me han solicitado que haga análisis a mascotas o animales de diversas familias.

Les he explicado que si bien la distribución de los órganos en algunos animales es semejante a la humana, hay diferencias en cada especie. Y con una pequeña diferencia de ubicación podría haber errores en el diagnóstico. Es decir, nadie se ha dedicado a establecer los mapas topográficos de cada especie animal. Lo cual no significa que no se pueda, pues los criterios de reflexología serían los mismos.

 

Interpretación de los signos del iris

 

En esto podremos tener más por la experiencia propia.

Los datos que necesitamos son la diferencia en signos:

Predisposición heredada o congénita

Oscurecimientos de color, separaciones de las fibras iridanas, estados de debilidad de tejido.

Estado de inflamación aguda

Líneas, bandas o nubes blancas o amarillentas.

Estado crónico

Líneas, manchas o bandas oscuras producidas por recargo de pigmento melánico en las células del estroma del iris.

Fenómenos destructivos

Final de enfermedades de mal pronóstico, signos y puntos negruzcos. También pueden indicar traumatismos o heridas profundas.

 

 

SIGNATURA DE LA CONSTITUCIÓN DEL ORGANISMO

 

MANIFIESTA EN EL IRIS

 

 

 

 

 

Cómo se puede conocer la buena o mala constitución del organismo. 1. Iris propio de una constitución muy buena; personas que gozan de excelente salud. 2. Iris correspondiente a una constitución buena. 3. Constitución mediana; generalidad de las personas medianamente sanas. 4. Constitución mediocre, defensas débiles. 5. Constitución mala. Las enfermedades son frecuentes. 6. Constitución pésima.

 

DE NUESTRA PROPIA EXPERIENCIA

 

 

La iriología es un sistema de signatura de la naturaleza del hombre, que signa en su “archivo” ocular las patologías y “tendencias” acorde a la importancia y no a la extensión de una enfermedad.

Así, tendremos signos muy notorios para pequeños desarreglos en una pequeña glándula, por ejemplo. Y signos casi imperceptibles para una mancha muy fuerte, oscura o desagradable de la piel, en el ejemplo, de poca importancia para el funcionamiento orgánico, tal vez consecuencia de la ruptura de un vaso sanguíneo por una situación circunstancial, intrascendente.

Otro ejemplo: una mínima separación o abertura del septum cardíaco, de difícil diagnóstico para un ecocardiograma, casi imperceptible para el mismo, se torna, por su grave importancia, muy evidente al iris. Una herida en un brazo, sin embargo, muy visible a simple vista pero de fácil recuperación, puede incluso no aparecer en el iris.

 

El iris resulta un archivo de información para el buen funcionamiento orgánico. Un libro abierto de nuestras necesidades terapéuticas aún antes de que aparezca la enfermedad.

 

Además, hay que saber leer el conjunto, la relación entre los signos, y para eso primero hacen falta el conocimiento y la imaginación (imágenes claras), y luego la inspiración y la intuición (de las interrelaciones orgánicas).

Además deberíamos, como estudiantes de iriología, preguntarnos y reflexionar sobre el porqué de la desproporción del tamaño de las zonas reflejas con relación al tamaño de los órganos.

 

 

DIAGNÓSTICOS DE LA MEDICINA MODERNA

 

Los microscopios y las máquinas de ecografías, etcétera, analizan mucho, con gran amplificación. Empero, se va demasiado lentamente.

Recuerdo el caso de un paciente sin diagnóstico claro aún, con más de 100 estudios realizados guardados en su carpeta desde hacía dos años.

Si se tratara al paciente su médico clínico, en la medicina moderna, y el mismo recibiera el punto de vista de un naturópata iriólogo, nada de esto sucedería. Se iría directamente a la imagen de la patología en un máximo de dos o tres estudios. Y eso, en el caso de que hiciera falta analizar. O aun más, que el mismo médico clínico fuera experto en iriología sería un verdadero adelanto. Si ya se aplica en Europa y Estados Unidos, ¿por qué no lo habríamos de aplicar nosotros?

No debemos perder la idea integrada de la fisiología del cuerpo humano, de la unidad anatómica con sectores de diferentes calidades y funciones. Eso lleva a las especialidades médicas, y está muy bien. Pero no podemos irnos con ese concepto de la fuente: que la diversidad es la unidad. Y es tan importante integrar al hombre como un todo (cuerpo, alma, espíritu) como integrar al cuerpo como un todo (y no como un aparato digestivo por aquí, un sistema venoso por allá, un montón de neuronas acullá, el infectólogo aparte, etcétera).

Todo eso conduce a diagnósticos inadecuados, incompletos, poco profundos, circunscriptos o condicionados a una especialidad. Los habitantes del mundo moderno necesitamos con urgencia la integración de la medicina si es que queremos vencer las enfermedades.

Esta frase del doctor Ruiz Ibarra afirma lo antedicho: “No son estados locales ni parciales los que hay que precisar con este método de diagnóstico; es el estado total del organismo, sin perder de vista un solo momento la ley fundamental en que la clínica debe apoyarse, la de la unidad anatómica y funcional del organismo; es el todo y no la parte lo que al clínico interesa, si se entiende la clínica como el estudio del hombre y de su vida para llegar a ser verdadero médico, dejando de ser solamente un mecánico, un químico y un bacteriólogo”.

Recomienda Krumm Heller, médico alemán: “La obra del doctor J. Ángel Vidaurrázaga, médico oculista español, repito, es lo más perfecto que he visto sobre esta materia, y puedo recomendarla a todos los médicos y los enfermos”.

Sin embargo, Krumm Heller preconizó la quirología médica, por lo que no debemos conocer las virtudes de su método diagnóstico, el cual estudiaremos también en el presente curso. Ni los métodos diagnósticos de otras reflexologías, como de los puntos reflejos de manos, pies, orejas, rostro, lengua, pulsología, fisonomía, etcétera, muchas de ellas que hemos estudiado en el curso aromaterapia y otras que veremos en el presente curso. Todos estos sistemas son empleados con exactitud y éxito tanto por nuestros médicos sabios de la antigüedad como por los médicos orientales. ¿Por qué habríamos de negar los aciertos de la medicina oriental? ¿Por qué tenemos que encerrarnos o encasillarnos en una única teoría, si no han tenido mejor suerte que el olvido y abandono a cambio de una teoría “mejor” en el correr de la historia de la medicina?

¿Por qué Teofrasto Paracelso considera la signatura como parte de la astronomía?

Transcribimos de su texto Astronomía hermética lo siguiente:

“Signatura. Esta ciencia enseña a conocer las estrellas, muestra el cielo particular de cada uno y da razón del modo en que el cielo concibe y constela al hombre.

La signatura contempla la quiromancia, la fisonomía y la proporción.

Quiromancia. Por medio de esta ciencia se aprende a observar en el hombre su estrella según el aspecto que mostraba en el cielo en el momento de su nacimiento. La figura se observa en manos, pies y demás líneas y venas del cuerpo, mostrando un aspecto distinto en los distintos cuerpos.

Fisonomía. Esta disciplina enseña a conocer a un hombre a través de su semblante, sus maneras y sus gestos. Su fundamento radica en la hora de nacimiento que, imprimiendo marcas particulares en el hombre, forma su naturaleza en relación con ellas.

Proporción. Ciencia que juzga las propiedades de un hombre por la observación de su hábito general, a saber, si es cojo, demasiado alto, demasiado bajo, etcétera.

Dios ha dotado a la luz de naturaleza con tan grandes dones, que sólo bajo su tutela podemos alcanzar a conocer todo lo que se halla en nuestro interior. ¿Acaso no es una gran cosa que los signos exteriores sean portadores de conocimiento para el hombre?

Dicho esto, estamos en condiciones de definir la ciencia de la signatura como aquella que enseña a considerar los signos externos para conocer lo que hay en el interior. No hay nada tan oculto en la naturaleza que no haya sido claramente revelado y mostrado por ella”.

 

 

 

SIGNATURA DE LOS PROCESOS DE LA ENFERMEDAD EN EL IRIS

 

 

 

 

Representación esquemática de los cambios sucesivos que experimenta el iris, producidos por las enfermedades, inflamaciones, lesiones orgánicas, crisis purificadoras y curativas, intoxicaciones, recargos, accidentes, etcétera.

 

 

 

SIGNATURA DE LA RUPTURA DE LAS CAPAS DEL IRIS

 

SEGÚN LA PROFUNDIDAD DE LA ENFERMEDAD

 

 

 

 

 

 

 

Representación de las cuatro capas de pigmentación del iris, según los procesos de la enfermedad.

Agudo: Inflamatorio por encima del iris.

Subagudo: Debajo de la capa del iris.

Crónico: Más profundo en el estroma del iris.

Degenerativo: La capa más profunda del iris.

 

 

 

SIGNOS IRIOLÓGICOS

 

 

 

ZONAS IRIDALES: CÍRCULOS Y SEGMENTOS

 

1) Si dividimos en cuatro el iris, los dos segmentos de círculo (de 1/4 círculo) de cada ojo del lado nasal corresponden a las áreas anteriores orgánicas (rostro, pecho, vientre, rodillas). Y los dos segmentos de círculo (de 1/4 de círculo) del lado auricular corresponden a las partes posteriores del cuerpo (nuca, espalda, lumbar, corvas).

Los órganos del lado derecho del cuerpo se reflejan en el iris del lado derecho y los órganos del lado izquierdo se reflejan del lado izquierdo del iris.

Las gráficas las encontramos divididas en “doce horas”, en el mismo sentido para ambos iris para una más exacta apreciación de las zonas iridales.

 

2) Numeraremos la gráfica de Jensen (la gráfica más grande que anexamos) desde la pupila a la periferia.

 

Círculo 1. Zona estomacal. Cardias, estómago, píloro (iris derecho).

 

Círculo 2. Zona intestinal. Ojo derecho: ciego, colon ascendente, colon transverso, intestino delgado. Ojo izquierdo: intestino delgado, colon transverso, colon ascendente, sigmoides; el apéndice vermicular abarca los círculos 2, 3 y 4, lado derecho. El recto abarca los círculos 3, 4, 5, 6 y 7, lado izquierdo. El ano abarca el círculo 8, lado izquierdo.

 

Círculo 3. Sistema nervioso autónomo. Ganglios raquídeos y plexos (el círculo pequeño es el plexo solar), y mesenterio. Pared intestinal.

 

Círculo 4. Sistema circulatorio y endócrino. Corazón, aorta (lado izquierdo). Glándulas suprarrenales, paratiroides, pineal y pituitaria (ambos iris). Ovarios y testículos, bazo, centro vital del cerebro atraviesan desde el cuarto círculo hasta el octavo. Útero y trompas de Falopio en ambos iris en este cuarto círculo. Bronquios, bronquiolos y sistema nervioso (plexos, también en este círculo). Brazo y columna vertebral, que atraviesan hasta el sexto círculo. Vesícula (iris derecho). Muslos.

 

Círculo 5. Sistema músculo esquelético y órganos importantes. Músculos de la espalda, vejiga, rodillas, ingle, peritoneo, pelvis, diafragma, tórax, pleura, pulmón, etcétera.

 

Círculo 6. Las áreas más externas (desde el centro del hombre) del círculo 5.

 

Círculo 7. Sistema linfático, sangre.

 

Círculo 8. Piel.

 

 

 

IRIS DERECHO

 

 

En esta ilustración mostramos esquemáticamente las diversas zonas del iris derecho, que se corresponden con los más importantes órganos. Así el lector podrá poner en práctica fácilmente los conocimientos que exponemos en el texto, puesto que la mayoría de las enfermedades (lesiones, desórdenes de funcionamiento de dichos órganos) se expresa por signos y señales en la zona correspondiente del iris.

 

 

IRIS IZQUIERDO

 

 

 

Aquí damos esquemáticamente las zonas del iris del ojo izquierdo, en correspondencia con los diversos órganos del cuerpo humano, a fin de que el lector pueda observar en estas zonas, por sus signos y señales propios, las diversas enfermedades y los trastornos.

 

 

MODIFICACIÓN DEL IRIS EN LA ENFERMEDAD

 

 

 

MODIFICACIÓNES DE COLOR

 

El color normal del iris cambia por la enfermedad. En virtud de la alteración de sus estructuras y de las anormalidades de circulación o inervación inherentes al estado patológico el pigmento del epitelio posterior se traslada por la circulación capilar, depositándose en la capa superficial del iris, oscureciéndola en parte o en su totalidad. A esto contribuye la actividad anormal de las células cromatósferas del estroma, produciendo una cantidad extraordinaria de melanina. Generalmente el oscurecimiento total del iris es consecuencia de la intoxicación acidósica crónica, propia de estados artríticos y base de los procesos hepáticos, albuminúricos, cancerosos, etcétera. Oscurecimiento que no hay que confundir con el color oscuro propio de razas morenas y que habitan en tierras muy soleadas, cuya fuerte pigmentación, tanto de la piel como de los ojos, hay que atribuir a una defensa ancestral contra la luz solar.

Los cuerpos químicos en combinación no vital y, por tanto, inasimilables, como las drogas y los medicamentos derivados, manchan el iris con formas y tintes variados, cuyo resumen exponemos a continuación.

 

Yodo. Manchas amarillentas, pardas, rojizas y anaranjadas, transparentes, cuyos bordes se confunden con el fondo del iris o aparecen rodeadas de un reborde blanco que indica su proceso de eliminación. Cuando ha sido aplicado externamente sobre la piel, aparece en el área donde se ha acumulado,en forma de rayos, escobillas o nubes de color rosa.

Arsénico. Manchas blanquecinas o amarillentas en forma de copos de nieve o como clara de huevo. Cuando se depositan en el anillo externo del iris pueden confundirse con el rosario linfático, del cual hablaremos, y aun con la intoxicación artrícica (única) y la producida por compuestos de sodio (bicarbonato, silicilato, bromuro, sulfato), de potasio y de magnesio. De todos modos, la forma de copos suele distinguir el arsénico y evitar la confusión con las otras intoxicaciones que dejan también manchas blanquecinas.

Mercurio. Nube blanca grisácea de lustre metálico, a modo de película, generalmente condensada en forma de media luna en la región superior o área cerebral del iris, prestándose a confusión con el signo de la acidosis crónica y, aun, con algunas de las intoxicaciones alcalinas que acabamos de citar.

Quinina. Coloraciones amarillentas, verdosas o rojizas, en formas de nubes o manchas, habitualmente localizadas en las áreas del cerebro, el estómago, los intestinos, el hígado y el bazo.

Hierro. Coloraciones morenas o violáceas en las zonas de estómago e intestinos.

Plomo. Decoloración gris azulada o violada, de tono metálico, en la región gastrointestinal.

Zinc. Semejante al anterior.

Fósforo. Coloraciones amarillentas en las zonas de hígado, cerebro y estómago.

Azufre. Manchas amarillentas en las zonas de estómago e intestinos, fácilmente confundibles con las coloraciones amarillentas de la intoxicación química y de la eliminación de algunos ganglios.

Bromo. Coloraciones blancas o amarillentas que toman la forma de media luna cuando se localizan en el área cerebral o de un anillo blanquecino cuando aparecen en la margen externa del iris.

Sodio (bicarbonato, sulfato, bromuro o salicilato de). Corona blanca en la margen externa del iris.

Fenacetina, antipirina y otros. Compuestos almidofenólicos y pirrólicos. Decoloraciones blanquecino-amarillentas del área o corona simpática que irradian hacia las áreas de otros órganos, especialmente del cerebro.

Creoseta y quayacol y demás derivados de las breas vegetales. Velo gris-blanquecino extendido desigualmente en la margen externa del iris y especialmente pronunciado en la región superior.

Estricnina. Se muestra como una corona blanquecina, de perfectas proporciones, alrededor de la pupila en el área del estómago, formada por líneas filiformes y radiantes.

Opio y sus derivados (morfina, láudano). Se presenta por medio de líneas de un blanco puro irradiando en forma de estrella desde el borde pupilar, o bien desde la corona del simpático, y preferentemente dirigidas hacia la parte superior.

Cocaína. Signos análogos a los de la morfina.

Glicerina. Anchas nubes blancas en las zonas de piel, riñones, vejiga y órganos sexuales.

Ergotina. Manchas de un color pardo herrumbroso en diferentes sectores del iris.

 

 



Pigmentación


Interpretación


Localización en el iris


Puntos blancos.


Falta de minerales y tendencia a las inflamaciones.


Frente, mandíbulas, estómago, intestinos, huesos y más particularmente columna vertebral.


Puntos amarillos.


Presencia de quinina (pequeña cantidad).


Orejas .


Puntos mohosos o amarillo-verdosos.


Presencia de quinina (fuerte cantidad).


 


Cerebro y frente.


 


 


Puntos de color amarillo-azufre.


Presencia de azufre.


Piel y mucosas .


Puntos dorados.


Residuos químicos de preparaciones laxantes.


Intestinos .


Manchas oscuras (el color del iris aparece en transparencia).


Consumo regular de productos que contienen cafeína.


Hígado, vesícula biliar y corazón.


Puntos verdes.


Tendencia a los problemas de vesícula biliar.


Vesícula biliar, estómago e intestinos.


Puntos mohosos anaranjados.


Presencia de alcaloides, residuos de medicamentos que contienen yodo.


Glándulas tiroides y piel.


Manchas amarillo oscuro o marrones (el iris aparece en transparencia).


Abuso de sal.


Estómago e intestinos.


Puntos rojos.


Pigmentos de la sangre.


Pulmones y sistema nervioso simpático.


Manchas rojas (el color del iris aparece en transparencia).


Rotura de pequeños vasos san­guíneos como  consecuen­cia de hemorragias.


Partes del sistema circulatorio directamente relacionadas con los órganos.


Manchas violeta.


Consecuencia de una hemorragia no tratada.


Conjunto del sistema circulatorio.


Puntos malva.


Envenenamiento por alcohol.


Sistema nervioso simpático.


Puntos azul índigo.


Efectos hereditarios de un envenenamiento por alcohol.


Toda la superficie del iris.


Puntos azul oscuro.


Sabañones .


Manos, pies y nariz.


Puntos grises.


Presencia de desechos del metabolismo formando depósitos de ácido úrico.


Vesícula biliar, riñones y vejiga.


Puntos gris metálico (sobre iris azul).


Presencia de mercurio.


Cerebro.


Puntos gris-azulado (sobre un iris marrón).


Presencia de mercurio.


Cerebro y epidermis.


Puntos gris oscuro.


Presencia de salesina.


Cabeza.


Puntos de tonos verdes, desde el verde oliva al marrón oscuro.


Uso de tabaco (cigarrillos, cigarros, pipa).


Laringe, estómago, bronquios y pulmones.


Manchas claras, amarillo-marro­nes o naranja (el color del iris apa­re­ce transparente, aunque turbio).


Presencia de melanina, melanona, melanófora y melanosar­co­ma (indicio de tuberculosis).


Pulmones.


Puntos gris-pizarra.


Envenenamiento por plomo.


Cerebro y epidermis.


Puntos rojo-negruzcos.


Inflamación crónica de las paredes estomacales. Residuos de pesticidas.


Estómago.


Puntos desde un gris oscuro hasta el marrón negruzco (el bor­de del iris destaca limpiamente)


Envenenamiento.


Pecho, estómago, hígado y páncreas.


Puntos de un marrón-negruzco (el color del iris aparece en transparencia aunque turbio).


Posibilidad de cáncer.


 


Puntos azul negruzcos.


Pérdida de sustancias.


Pulmones.

 

 

 

CATEGORÍA DE LOS SIGNOS IRIDIANOS

 

 

 

Pongan ustedes un máximo de atención, porque en esta breve síntesis, simplificada para una primera comprensión simple, está la clave y el centro para el buen desempeño en todo el curso.

 

La analogía es el método más sencillo para definir y darse cuenta o “leer” el “lenguaje” del iris.

Por ejemplo, un agujero o hueco es un signo de “falta de”, carencia, etcétera.

Un relieve, una hinchazón del tejido del iris es algo “de más”, un “exceso de”.

Un pequeño “desnivel” o “hundimiento” en el iris será una debilidad, una “falta de tono”.

 

En los tres ejemplos:


·         

Si observamos un agujero en la zona correspondiente a determinado órgano, implica que hay algo que añadir, completar.


·         

Si el signo es un relieve, será algo a depurar, quitar.


·         

Si el relieve está en “desnivel”, debilitado, será un órgano a fortificar.

 

En los ojos claros los signos pierden en anchura y ganan en longitud.

Cuando un signo que venía creciendo se detiene y circunscribe es señal de que la lesión se estabilizó. Entonces el agujero se ribetea y da un signo de aislamiento.

Si el signo comienza en el borde del iris (zona 8, de la piel) y se extiende hasta el anillo de la circulación, indica que la afección perturba la circulación. Si atraviesa la corona (zona 3, nervina, antes de la intestinal), es signo de que se está perturbando el sistema nervioso. Y si la misma mancha se extiende a cualquier órgano será indicativo de que afectará a ese órgano por causa nerviosa.

 

 

SIGNOS EN HUECO

 

Lagunas abiertas. Procesos patológicos aún no cerrados, que pueden extenderse.

Lagunas cerradas. Evolución patológica cerrada, el signo es un ribete blanco alrededor.

En los iris marrones la trama iridal se recubre de un pigmento más oscuro sobre el cual se marcan los signos en hueco. Las lagunas son signos de hendiduras más o menos largas y profundas.

En los iris claros (celestes, verdes, grises, avellana) la trama iridal se debilita en pigmento y sobre esa base se marcan los signos en hueco. Las lagunas se forman como gotas de agua, rombos, óvalos o cavernas. Es más importante para el organismo una laguna profunda que una extensa.

Arcos de círculo. Arcos, trozos de círculo en hueco de diversa longitud y profundidad. Se localizan entre la corona y el borde externo del iris. Se forman por la ruptura de la capa pigmentaria, debajo de la cual se encuentra una capa más clara para los ojos marrones.

 

 

 

SIGNOS EN RELIEVE O “INFLAMATORIOS”

 

 

En los ojos marrones la tonalidad es más oscura que la del iris y están en relieve. Puede haber muchos signos en relieve en un mismo sector. Ejemplos: signo hepático y traumatismos.

En los iris claros están constituidos por fibras blanquecinas hinchadas, largas y anchas.

 

 

SIGNOS DE DEBILITACIÓN

 

En los iris marrones es una despigmentación local.

En los iris claros se notan las fibras flojas, de un color más oscuro que el iris

 

 

CAMBIOS EN LA RECUPERACIÓN

 

Si las fibras y los tonos de color se recomponen o normalizan, respectivamente, es signo que la enfermedad se cura. Sólo podremos decir que se ha curado cien por ciento si la trama es lisa y normal, como en el organismo sano, donde estaba signada la patología.

Las mejorías se observan en sentido inverso al empeoramiento (igual que las sanaciones naturales de las enfermedades). Es decir, las lagunas se convierten en despigmentación (para iris marrones) y luego normalizan.

 

 

CADENA BLANCA O ROSARIO LINFÁTICO

 

Se da en el círculo linfático, circulación periférica, círculo arterial mayor, indica la impregnación tóxica de ganglios linfáticos (probable infección). Coincide en caso de infección con una superficie iridiana de aspecto gelatinoso.

En casos de intoxicaciones medicamentosas, los copos característicos del rosario linfático se impregnan de colores.

 

 

ANILLOS NERVIOSOS

 

Ligeras depresiones en la superficie del estroma. Puede haber de dos a seis círculos abarcando un pequeño sector.

Cuando el círculo se completa, el enfermo padece crisis nerviosas opresoras.

Si sólo abarca sectores, se relacionan con los plexos o ganglios raquídeos correspondientes a la zona en que se encuentran.

El color puede ser blanco, pardo o negro, según el grado de cronicidad.

La alimentación excesivamente carnívora produce una pigmentación más oscura de los anillos nerviosos.

Ejemplos de síntomas causados por nervios:


·         

Anillos blancos en zona de tráquea: catarros mucoides.


·         

Anillo blanco en la pelvis: cólicos, disminorreas.


·         

Anillo blanco en la zona de intestino grueso: estreñimiento.


·         

Anillo blanco en el cerebro izquierdo: melancolía, vértigos, zumbidos, sordera, convulsiones, epilepsia.


·         

Anillo blanco en el cerebro derecho: histerismo, perturbaciones sexuales, etcétera.


·         

Anillos oscuros: se impregnan de purinas y productos úricos.


·         

Ejemplos de anillos oscuros: en el área cerebral, indican estados semiparalizadores de la sustancia cerebral. Postración, pérdida de memoria, enturbiamiento cerebral, idiotez, parálisis progresiva, impotencia, etcétera.

 

 

ARCUS SENILIS

 

Medialuna situada en la parte superior del iris, borde externo, con despigmentación y atrofia de tejido. Acompañada de pupila miótica (pequeña) y rígida.

No siempre es signo de senilidad. Mas sí está siempre en relación a la debilidad del metabolismo celular.

 

 

CORONA SIMPÁTICA

 

Constituye el área del sistema nervioso autónomo, sistema neuroglandular y circulación central, círculo arterial menor.

A la forma de la corona se denomina gola (anatomía).

La irregularidad o desviación (deformación de círculo), indica la enfermedad correspondiente al órgano en dirección al cual se dirige el registro.

Si la gola se dilata (todo el círculo), indica dilatación intestinal.

Si la gola se contrae, indica contracción intestinal.

 

 

CERCO DE COSTRAS

 

Oscurecimiento del círculo 8 (zona de la piel o borde externo del iris).

Está constituido por manchas cónicas con el vértice hacia el centro y la base en la periferia de la zona afectada.

 

Indica:


·         

Saturación de las fibras.


·         

Atrofia o enervación de la piel.


·         

También puede ser signo de artritis, escrofulosis, sífilis, etcétera.


·         

Pueden ser heredados los bordes-costra de padres con manchas psóricas.

 

Se observan en niños que heredan esas saturaciones procesos frecuentes de diarreas, catarros, fiebres, resfríos, no correspondientes a patologías sino como procesos purgativos de la herencia.

 

 

MANCHAS SÓRICAS

 

Manchas aisladas, a veces en conjunto, de tamaños variados. Son más oscuras que las manchas de yodo y, además, más delimitadas.

Indican humores patológicos que motivaron erupciones como sarna, soriasis, eczemas, parásitos, que no fueron eliminados y se absorbieron en el organismo, sedimentando en las zonas reflejadas en el iris.

Damos el testimonio de un paciente que al expulsar los humores fétidos de la dermis hacia afuera al curarse de la soriasis no tuvo consecuencias de manchas sóricas.

La aparición de manchas sóricas es signo de peligro de procesos patológicos posiblemente graves, como cáncer, cirrosis, tuberculosis, etcétera, en las zonas donde aparecen.

La palabra psora la introdujo Hahnemann para enfermedades de la piel con prurito.

 

 

LAGUNAS

 

Una laguna indica insuficiencia del órgano correspondiente. Puede ser abierta o cerrada, pero siempre es superficial, a diferencia de la cripta. Si la enfermedad avanza, la laguna puede convertirse en cripta.

Laguna 1. Lagunas abiertas debido a contusiones, hemorragias o trastornos por intoxicaciones localizadas.

Laguna 2. Lagunas localizadas desde mucho tiempo atrás indican paralización de la zona correspondiente, pudiendo ser grave si está en corazón o cerebro.

Laguna 3. Muchas lagunas indican una complexión muy débil y propensa a muchas enfermedades.

Laguna 4. Laguna coloreada con diversidad de matices indica estado tóxico o infeccioso del órgano correspondiente.

Laguna 5. Laguna entrelazada con cripta: va perdiendo su estructura para degenerar en cripta (gravedad creciente).

Laguna 6. Laguna abierta y extensa: residuos alimenticios, metabolismo deficiente.

 

Ejemplos de lagunas

 


A.  

Laguna trenzada en forma de hoja. Nos indica trastorno del sistema endocrino. Por encima de ella, divertículo intestinal.

 

 

 

 


B.  

Laguna gigante. Se extiende desde el borde del collar hasta el borde ciliar. Se denomina laguna topolábil y sería indicio de diabetes mellitus si estuviera acoplada a la zona correspondiente al páncreas. Por encima de esta laguna, signos de divertículos intestinales. Dicha laguna gigante se encuentra atravesada por círculos concéntricos (anillos nerviosos).

 

 

 

 

 

CRIPTAS

 

 

Tienen forma de impresión romboide, con mayor o menor separación del estroma hacia los lados.

Cripta 1. Con separación de estroma, se ve el fondo grabado con hilos blanquecinos.

Cripta 2. Con puntos superficiales oscuros y plomizos, y rayos oscuros que señalan lesiones en su comienzo.

Cripta 3. Los puntos y las rayas se hacen profundos, forman manchas oscuras. Indican lesiones en formación.

Cripta 4. Las manchas ya profundas y oscuras indican lesiones graves.

Cripta 5. Extensión a otros órganos colaterales de criptas indicativas de lesiones graves.

Cripta 6. Puntos muy negros, posibilidad de perforaciones, por ejemplo estomacales o intestinales.

Cripta 7. Formación de un emparrillado en el fondo del estroma, denotando cronicidad, y puntos oscuros o negros, gravedad.

Cripta 8. Las líneas de hilos blancos dentro de la cripta señalan dolor.

Cripta 9. Con coloraciones profundas sobre una marca negra delimitada por la espiral del estroma.

 

 

 

 



UN ESTUDIO DE LAS PERSONALIDADES POR EL IRIS

 

 

La iriología es la ciencia que estudia al hombre a través del iris, una forma holística de entender al ser humano, que nos habla tanto de su camino espiritual como de sus patrones genéticos. Nada en el iris está dispuesto al azar; por el contrario, los ojos revelan una gran informaci6n sobre sus propietarios a través de los colores, las  formas y los patrones que contienen.

Para los iriólogos, a través del iris es posible observar de qué manera la persona se relaciona con el mundo, cómo se expresa, cómo aprende y qué tipo de compañías la atraen. Asimismo, el iris muestra la pauta de la transferencia genética de rasgos físicos y comportamientos de generación en generación, con lo que es posible comprender los rasgos y las habilidades específicas que un niño ha recibido de su padre y su madre.

Uno de los sistemas de estudio del iris con mayor desarrollo en la actualidad es el llamado método Rayid, creado en los años ochenta por el médico naturópata Denny Ray Jonson, quien consideraba que los ojos poseen una habilidad innata para crear patrones de respuesta en otras personas y se convierten, por tanto, en utilísimas herramientas de autoconocimiento. Para Harry Wolf, presidente de la Asociación Internacional de Iriología y alumno destacado de Rayid, “a través del iris humano se entiende la naturaleza de las enfermedades y el proyecto genético, físico y psicológico de una persona, su conexión con el universo”. De ahí que, según Wolf, observando el iris podamos ayudar al ser humano a ser artífice de su propia curación y saber, además, cuál es el hemisferio cerebral que predomina en cada uno de nosotros y cuáles son los rasgos más destacados de nuestra personalidad.

Pues bien, según esta formulación es posible reconocer cuatro tipos de personalidades básicas dependientes de tres patrones holísticos en el iris, que se describen metafóricamente como personas-flor, personas-joya, personas-arroyo y personas-punta de lanza. A continuación proponemos el sencillo y práctico ejercicio de identificar a qué modelo pertenece tu iris y ampliar de esta forma el conocimiento de sus propios procesos internos.

 

Personas-joya: analíticas y verbales

 

Las personas-joya se identifican por las concentraciones de color en forma de manchitas o puntos que aparecen en las fibras del iris, que varían del color dorado claro al negro.

Presentes por lo general en personas analíticas y verbales, suelen responder con frases como “pienso que...”, “he oído…” y “aaaahh”. Suelen ser individuos racionales que recurren a pocos gestos físicos. Subconscientemente, aprenden mejor con instrucciones descriptivas o visuales y poseen gran capacidad para el análisis y la expresión verbal.

De todos los tipos humanos, las personas-joya son las que cambian más lentamente. Han de ana1izar cada una de las paces de cualquier cosa antes de aceptarla e incorporarla a su estructura. El temperamento-joya es perceptivo e inquisitivo. Su naturaleza intensa y unidireccional permite que su mente penetre en los lugares más recónditos de la imaginación humana. A menudo son filósofos, críticos y planificadores. Su individualidad se ajusta bien a la resolución de problemas y a la creatividad mental, y su gran habilidad para la oratoria los dota de rasgos de persuasión e inspiración que pueden hacer de ellos excelentes líderes. Pero a veces su autocontrol y capacidad mental les da la apariencia de que son distantes o pretenciosos. Cuando estas habilidades verbales y analíticas no son expresadas, desarrollan sentimientos de intensa ansiedad y frustración.

 

Personas-flor: visuales y emocionales

 

Las personas-flor se caracterizan por tener aberturas curvadas o redondeadas en las fibras del iris, destacándose por ser gente emocional y espontánea que responde a la vida con sentimientos y comunicación visual. Usan a menudo expresiones come “ya veo…”, “imagínate que...” y “ooooh”. Son, por lo general, individuos vistosos que gesticulan mucho y –inconscientemente– aprenden más rápido cuando reciben instrucciones auditivas específicas.

La personalidad flor expresa alegría y vitalidad. Se trata de gente ostentosa que usa su cuerpo como escaparate de sus emociones. Son además los más sociables y espontáneos. Sus rápidas descargas de energía impiden que el resto de las personas quede atrapado en la monotonía de la vida diaria. Se mueven en cualquier situación social con la mayor facilidad, contando chistes o historias a cualquiera que los escuche. De hecho, les encanta estar en escena y tener al mundo entero como audiencia.

Además de ser grandes amantes de la música, estas personas están dotadas de otras formas de creatividad. Románticos con las personas y las cosas, frecuentemente son los animadores, los inventores, los escritores y los artistas de nuestra cultura. Pero en ocasiones se queman a sí mismos y necesitan períodos de descanso para superar estados autoinducidos de agotamiento y depresión.

 

Personas-arroyo: intuitivas y controladas

 

Las personas-arroyo se caracterizan por poseer sutiles fibras en el iris que parecen rayas o zonas de color. Suelen ser sensitivas y energéticamente responden a los demás con gestos delicadamente controlados. Así, escogen expresiones como “me da la impresión...” o “tengo la sensación...”. Son, por tanto, sujetos intuitivos que aprenden mejor cuando se les da la oportunidad de experimentar sus lecciones.

La personalidad-arroyo combina las cualidades de los tipos joya y flor. Posiblemente, lo que mejor los describe es su sensibilidad física, mental e intuitiva. Receptivos ante todo lo que pasa a su alrededor, el menor cambio o incidente es inmediatamente sentido por ellos. Constantemente son “tocados” por todo debido a su sensibilidad; son los radares andantes de la vida.

Esta sensibilidad acrecentada y su reacción física tan sutil hacia la vida los mantiene en un estado de continuo movimiento y callada inquietud. Debido a ello, raramente pueden quedarse quietos en un sitio el tiempo suficiente como para disfrutar de sí mismos. Y, sin embargo, quizá sean las personas más bellas. La personalidad-arroyo revela una gran lección que tiene que ver con dar y recibir: sus cuerpos se convierten en canales de vitalidad natural mientras la energía de la vida late dentro y fuera de ellos. Esta transferencia desinhibida de energía vital entre las personas crea bienestar físico, mental y espiritual; por ello suelen ser personas físicamente atractivas.

 

Personas-punta de lanza: intensas y paradójicas

 

Se trata de las personas que construyen una mezcla de personalidad-joya y personalidad-flor, siendo su patrón bastante fácil de identificar en el iris por ser el resultado de una síntesis entre ambas características. El comportamiento resultante de esta combinación difiere notablemente de los demás patrones. A veces su naturaleza extremista los hace ser difíciles de enseñar o controlar; sin embargo, una vez que su energía está equilibrada, pueden llegar a producir cambios nuevos y duraderos en la sociedad.

Suele tratarse de personas de mucho celo, devotas de una causa o un objetivo y que conocen los extremos del éxito y el fracaso personal. En cualquier momento pueden alternar entre las palabras y los gestos usados por las personalidades joya y flor, lo que les aporta mucho movimiento. Intensos en todo lo que se plantean, aprenden mejor cuando usan la inducción y el contacto. Esta característica los atrae hacia la influencia estabilizadora y la sensibilidad quinestésica del temperamento arroyo. Les encanta la vida al aire libre, donde la conexión con lo eterno aumenta su propia recepción intuitiva.

Las personas-punta de lanza toman decisiones más rápidamente que las personas-joya y son más constantes que las personas-flor. De hecho, son quizá las más singulares, ya que la combinación de estos dos extremes opuestos los puede impulsar hacia grandes alturas de originalidad y realización o a hundirse en las profundidades del autoabuso y la autodestrucción. El patrón clásico es la mezcla de los grandes éxitos y fracasos. Son las paradojas andantes de la vida.

La combinación de sus opuestos les permite además convertirse en los paladines de nuevas ideas y conceptos. Devoción y lealtad son sus rasgos distintivos, poseyendo la tenacidad de un bulldog para la lucha contra la adversidad. A menudo se convierten en inventores, exploradores o motivadores. Su tarea es expandir los límites que el hombre se impone a sí mismo y romper el escudo de los valores tradicionales y las doctrinas clásicas. De ahí el sobrenombre de “puntas de lanza”.

 

¿Cuál es tu hemisferio dominante?

 

Comparar las diferencias estructurales entre los iris de los ojos izquierdo y derecho nos permite conocer qué hemisferio predomina en nosotros. Así, el ojo dominante será siempre aquel que tenga un color más oscuro y un mayor número de rasgos joya, flor o arroyo, o bien el que posea una mayor concentración de los colores oro o naranja en su margen superior. Si el iris del ojo derecho es el que aglutina estas características, estaremos ante un individuo en el que predomina el hemisferio derecho, esto es, con un gran potencial de imaginación y creatividad, que prefiere dormir sobre el lado izquierdo y que, por lo general, tiene mejores relaciones con su madre, siendo la familia materna a la que se parece físicamente.

Por el contrario, si el ojo predominante es el izquierdo, serán personas que se apoyarán en la pierna izquierda, dormirán mejor sobre el lado derecho, su relación será mis fluida con el padre, mostrarán más parecido físico con la familia paterna y aprenderán por instrucciones visuales.

 

 

 

LEONARDO DA VINCI DESCRIBIÓ Y DIBUJÓ LA ANATOMÍA DEL CUERPO HUMANO MUCHO ANTES QUE LA CIENCIA OFICIAL

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

LEONARDO DA VINCI

 

 

Leonardo nace en la ciudad de Vinci, cerca de Florencia, el 15 de abril de 1452, hijo natural (ilegítimo) de Ser Piero di Antonio, notario de Florencia, y Caterina, quien casó más tarde con Accatabringa di Piero di Vacca, vecino de Anciano. Educado en casa de su abuelo paterno hasta que en 1469 viaja con su padre a Florencia, quedando confiado a Verrocchio (1453-1488), quien se encarga de su formación pictórica. En su taller coincide con Perugino, Ghirlandajo y, probablemente, con Botticelli. De él tomó modelo Verrochio para su David del Museo Bargello.

En 1472 Leonardo aparece inscrito en el registro de la Compagina di San Luca como pintor florentino. En 1476 sufre acusación de sodomía de la que fue absuelto. En esta etapa de su formación Leonardo estudia la anatomía humana participando en la disección de cadáveres. De esta época destacan las siguientes obras pictóricas: Bautismo de Cristo (1472, Museo de los Uffizi, Florencia) obra de Verrochio en la que colabora Leonardo; La anunciación (1472-1475, Uffizi); Retrato de Ginebra Venci (1474-1476, National Gallery Washington); Virgen Venios (1475-1478, Ermitage, San Petersburgo); La adoración de los Magos (1481-83, Museo de los Uffizi) por encargo del convento de San Donato Scopeto, obra inacabada; La anunciación (1478, Museo del Louvre, Paris); La Virgen del clavel (1478-1480, pinacoteca de Munich); San Jerónimo (1480, Pinacoteca Vaticana).

En su condición de dibujante, pintor y escultor, Leonardo sintió a necesidad de conocer a fondo la anatomía humana. Desafiando la tradición eclesiástica, se procuró muchos cuerpos, que luego diseccionaba, haciendo después unos dibujos anatómicos que, aparte de su exactitud, constituyen verdaderas obras de arte. Sus mejores dibujos fueron de los huesos y los músculos, siendo muy claros y exactos los de la mano y el hombro. Otros mostraban la acción de los músculos. Estudió el ala y la pata de las aves, la mecánica del vuelo y la operación del diafragma en la respiración y la defecación. También realizó buenos dibujos de la placenta de la vaca, pero no tenía certeza sobre si las corrientes sanguíneas maternal y fetal estaban relacionadas o no. Una de sus proezas más ingeniosas en este terreno fue la de hacer moldes de cera de los ventrículos del cerebro. También realizó experimentos sobre la médula espinal de la rana, y concluyó que este órgano era el “centro de la vida”.

Descubrió cómo la sangre recorre constantemente todo el cuerpo humano, llevando el alimento a cada una de sus partes y retirando los desechos, adelantándose así al descubrimiento de Harvey sobre la circulación de la sangre. Estudió los músculos del corazón e hizo dibujos de las válvulas que parecen demostrar que conoció su funcionamiento. Su interés por el arte lo llevó a estudiar otro problema científico: el de la estructura y el funcionamiento del ojo. Realizó varios progresos pero tuvo el defecto, como sus predecesores, de creer que la función visual residía en el cristalino en vez de en la retina. Por supuesto, no se dio por enterado de la idea que aún tenían muchos de sus contemporáneos de que el ojo emite rayos sobre el objeto que desea examinar.

En su Studio (Real Academia de Venecia), también conocido como El hombre de Vitrubio, Leonardo da Vinci realiza una visión del hombre como centro del universo al quedar inscrito en un círculo y un cuadrado. El cuadrado es la base de lo clásico: el módulo del cuadrado se emplea en toda la arquitectura clásica, el uso del ángulo de 90º y la simetría son bases grecolatinas de la arquitectura. En él se realiza un estudio anatómico buscando la proporcionalidad del cuerpo humano, el canon clásico o ideal de belleza. Sigue los estudios del arquitecto Vitrubio (Marcus Vitruvius Pollio), arquitecto romano del siglo 1 ac a quien Julio César encarga la construcción de máquinas de guerra. En época de Augusto escribió los diez tomos de su obra De architectura, que trata de la construcción hidráulica, de cuadrantes solares, de mecánica y de sus aplicaciones en arquitectura civil e ingeniería militar.

Vitrubio tuvo escasa influencia en su época pero no así en el Renacimiento, ya que fue el punto de partida de sus intentos y la justificación de sus teorías. Su obra fue publicada en Roma en 1486, realizándose numerosas ediciones como la de Fra Giocondo en 1511, Venecia, o la de Cesare Cesarino en 1521, Milán, dedicada a Francisco i. Parece indudable que Leonardo se inspiró en el arquitecto romano. El hombre de Vitrubio es un claro ejemplo del enfoque globalizador de Leonardo que se desarrolló muy rápidamente durante la segunda mitad de la década de 1480. Trataba de vincular la arquitectura y el cuerpo humano, un aspecto de su interpretación de la naturaleza y del lugar de la humanidad en el “plan global de las cosas”. En este dibujo representa las proporciones que podían establecerse en el cuerpo humano (por ejemplo, la proporción áurea). Para Leonardo, el hombre era el modelo del universo y lo más importante era vincular lo que descubría en el interior del cuerpo humano con lo que observaba en la naturaleza.

Atacado por una artritis en la mano derecha y decepcionado de sí mismo por la falta de realizaciones importantes, Leonardo dejó de estudiar para concentrarse en la pregunta “Dime si has hecho algo”, que aparece en su libro de notas. Había realizado pocas pinturas comparado con otros artistas de su tiempo y nunca publicó sus libros y manuscritos que sólo eran conocidos por sus más íntimos amigos. En 1518 escribía: “Día 24 de junio, festividad de San Juan, 1518, en Amboise, en el palacio de Cloux”, y un poco más abajo: “Permaneceré”.

En primavera de 1519, después de un crudo invierno, llamó al notario real para que tomara nota de su última voluntad. Legó todos sus cuadernos, instrumentos y retratos a su alumno Franceso de Melzi y dispuso los servicios de su funeral. Moriría el 2 de mayo de 1519 y fue enterrado en una iglesia de Amboise que fue destruida por la Revolución Francesa varios siglos después. Más tarde se realizaron excavaciones y los restos encontrados reposan hoy en la capilla de Saint Hubert en el castillo de Amboise.

 



ANATOMÍA DEL OJO

 

 

Órganos de la vista

 

“Este sentido es el que da a conocer la forma, el volumen, el color la situación respectiva de los objetos, la distancia a que se hallan unos de otros, el estado de reposo o movimiento en que se encuentran, etcétera.” Está representado por el ojo, órgano doble situado entre el cráneo y la cara que parece como si se separaran para recibirlo. El órgano de la vista se relaciona en la parte superior con la masa encefálica, a la que está íntimamente ligado; por la inferior con la cara, constituyendo uno de sus más bellos adornos; y por dentro con el aparato olfativo.

El sentido de la vista consta de dos órdenes de órganos: uno principal, fundamental, llamémoslo así, par y simétrico, que es el globo ocular, y otros accesorios, que tienen el doble objeto de proteger el globo ocular y promover y facilitar sus movimientos. Estas partes accesorias son las cejas, los párpados, el aparato lagrimal, los músculos, los tejidos celular y adiposo, los vasos, los nervios y, por último, la órbita.

La ceja es una eminencia musculocutánea que está en la prominencia. Oblicua del hueso coronal llamada arco superciliar, eminencia que está provista de pelos de 12 a 15 milímetros de largo y cuyo color es generalmente igual al de los cabellos.

Los párpados, en número de dos en cada ojo, son unos velos movibles musculomembranosos, uno superior y otro inferior. El superior procede de la piel de la frente y el interior del cutis de la mejilla. Los párpados ofrecen dos caras, anterior y posterior, dos bordes, uno adherente y otro libre, y dos extremos, uno externo y otro interno. El borde adherente del párpado superior es continuación por delante de la piel de la ceja y por detrás de la conjuntiva ocular y el del párpado inferior, de la piel de la cara. El borde libre tiene un espesor de 2 milímetros, y hay que considerar en él dos partes, una que corresponde al globo del ojo y otra que corresponde al aparato lagrimal. La correspondiente al ojo, llamada porción ciliar, está cubierta por las pestañas, pelos más espesos y duros que los de las cejas, y son más largas en el párpado superior que en el inferior. Cuéntanse 100, 120 y hasta 150 en cada párpado. La porción lagrimal del borde libre de los párpados se diferencia de la anterior en que es mucho más corta y redondeada, y presenta un relieve debido a los conductos lagrimales que hay en su espesor. En este borde libre la porción ciliar está separada de la lagrimal por un tubérculo, el tubérculo lagrimal, en el que hay un orificio perceptible a simple vista que forma la entrada de los conductos lagrimales y que se denomina punto lagrimal. Los párpados se unen en sus extremos constituyendo las comisuras o ángulos de los párpados que se clasifican en interno y externo. En los párpados las glándulas son muy numerosas, pudiendo dividirse en tres clases: las que vierten en el contorno del orificio palpebral secreción; las que vierten el producto de su secreción en la piel; y las que lo derraman en la superficie libre de la conjuntiva

 

El aparato lagrimal

 

El aparato lagrimal está constituido por una glándula, la glándula lagrimal, que deposita las lágrimas en la superficie de la conjuntiva; por las vías lagrimales, que comprenden los puntos, los conductos y el saco lagrimales; y por el conducto nasal. La glándula lagrimal, que se representa en el adjunto grabado, así como las glándulas de Meibomio. Está situado en la parte superior, anterior y externa de la cavidad orbitaria, y se compone de dos porciones, orbitaria una y palpebral la otra, en el vértice del tubérculo lagrimal, en el borde libre de los párpados.

Los conductos lagrimales se extienden desde los puntos lagrimales hasta el saco lagrimal.

El saco lagrimal es un conducto cilíndrico que se halla detrás del tendón del músculo orbicular y en la parte anterior de la órbita. Es oblicuo de dentro a afuera, sus dimensiones son de 11 a 15 milímetros de largo y de 5 a 5 de diámetro, y su forma es la de un cilindro algo aplanado.

El conducto nasal es continuación del saco lagrimal, no constituyendo realmente los dos conductos más que uno solo, que se encuentra en la parte superior en el espesor de la pared inferior y en el espesor de la pared externa de las fosas nasales.

 

El globo del ojo

 

Está situado en la cavidad orbitaria y su forma es casi esférica en sus cinco sextas partes posteriores, estando formada la sexta parte inferior por un segmento de otra esfera mucho más pequeña que sobresale ligeramente de la mayor.

El volumen del globo del ojo es naturalmente variable, siendo por regla general más pequeño en la mujer que en el hombre. De sus cinco diámetros, el anteroposterior es el mayor y mide 23,9 milímetros en la mujer y 24,6 en el hombre; el más corto es el vertical, que mide 23 milímetros en la mujer y 25,5 en el hombre. Los dos diámetros oblicuos superan el transversal y el vertical. El peso del globo del ojo es de 7 a 8 gramos.

Para el estudio anatómico ofrece el globo del ojo dos órdenes de órganos: membranas y medios transparentes. Las membranas son, de afuera a adentro, la esclerótica y la córnea, que constituyen la segunda cubierta, y la retina, que constituye la tercera. Los medios transparentes son, de atrás a adelante, el cuerpo vítreo, el cristalino, el humor acuoso y la córnea transparente.

 

La esclerótica

 

La esclerótica, llamada por los antiguos córnea opaca, es una membrana densa, opaca y fibrosa que cubre las cinco sextas partes del globo del ojo, mientras que la sexta parte anterior la forma la córnea transparente, que se engasta, por decirlo así, en la opaca, de cuya disposición puede formarse idea por el grabado anterior que representa una sección del ojo humano. Su color es blanco azulado en los niños y blanco oscuro en las personas mayores. Es la membrana más gruesa y resistente del ojo, para el que constituye un poderoso medio de protección y defensa, y en ella se insertan todos los músculos que mueven el globo ocular. La esclerótica está perforada por detrás para dar paso al nervio óptico y por la parte anterior presenta otra abertura mayor en la que se engasta la córnea transparente.

 

La córnea transparente

 

Tiene la forma de un fragmento de esfera. Las fibras que componen su sustancia están tan íntimamente enlazadas con las de la esclerótica que no se separan ni aun por maceración.

En la unión de la córnea con la esclerótica es donde las fibras de ésta se hacen transparentes.

 

 

La coroides

 

 

La coroides, que con el iris forma la segunda cubierta del globo del ojo, se diferencia de las membranas antes descritas por su tinte oscuro y su gran vascularidad. Se aplica sobre la retina, cuya corvadera toma, y tiene en su parte posterior una perforación por la que atraviesa el nervio óptico y otra en la anterior para recibir el iris. Es menos espesa que la cubierta fibrosa del ojo y algo más que la retina, siendo su consistencia débil. La cara externa de la coroides corresponde a la interna de la esclerótica y la cara interna cóncava corresponde a la retina. La extremidad posterior presenta el orificio por el que pasa el nervio óptico, y la extremidad anterior, llamada zona coroidea, se compone de dos capas: una externa, que se llama músculo ciliar, y otra interna que constituye el cuerpo o los procesos ciliares.

 

El iris

 

El iris, que corresponde al diafragma de los instrumentos de óptica, es una membrana circular y contráctil situada entre la córnea y el cristalino, que tiene una perforación en su centro por la que pasan los rayos luminosos, y se llama pupila o niña del ojo. El color del iris difiere según los individuos, y su diámetro es de 12,5 milímetros. La pupila varía mucho en tamaño debido a su propiedad de contraerse y dilatarse, siendo en estado de mediana dilatación de 3 a 4 milímetros. El iris tiene dos circunferencias, una mayor que se adhiere al músculo ciliar, y otra menor o abertura pupilar que está bañada por el humor acuoso; y dos caras, la anterior, convexa y de color muy variado, y la interna que se amolda al cristalino y por tanto es cóncava.

 

La retina

 

Es una membrana dotada de mucha sensibilidad en la que se reflejan las imágenes de los cuerpos del exterior. Tiene menos espesor aun que la coroides y su cohesión es tan débil que apenas se la puede tocar sin rasgarla. Su cara externa, convexa, se aplica a la pigmentaria de la coroides sin adherirse a ella, y la interna, cóncava, cubre el cuerpo vítreo. La extremidad posterior de la retina es una continuación del nervio óptico; y la anterior termina en una circunferencia festoneada y dentada que corresponde a la zona coroidea y a la zona de Zinn, que es una especie de collar que rodea al cristalino. Como todas las demás membranas del globo del ojo, la retina está provista de vasos, los que se representan en el grabado correspondiente.

 

El cuerpo vítreo

 

Es el más voluminoso de los medios transparentes del ojo y ocupa los dos tercios posteriores del globo ocular. Su forma es esferoidea, su transparencia completa y su consistencia análoga a la del hierro fundido, con el que se lo ha comparado. Se encuentra en relación por detrás con la retina y en la parte anterior con el cristalino. La estructura del cuerpo vítreo la forman una membrana llamada membrana hialoides y un líquido contenido en ella denominado humor vítreo.

 

El cristalino

 

Es una lente biconvexa que se halla situada entre el cuerpo vítreo y el humor acuoso. Las caras del cristalino son lisas y tersas, correspondiendo la interior al iris y la posterior al cuerpo vítreo. Se compone de una parte envolvente denominada cápsula del cristalino y una sustancia propia fibrosa, o núcleo, que constituye el cristalino propiamente dicho. El grabado que va a continuación representa la cara anterior de la lente cristalina.

El humor acuoso es un líquido que llena la cámara anterior del globo del ojo, entendiéndose por cámara anterior el espacio comprendido entre la córnea y el iris. Es incoloro, transparente y de densidad análoga a la del agua.

Además de la cámara interior del globo del ojo que se acaba de citar, hay otra, llamada cámara posterior, que tiene por límites: en la parte anterior el iris, en la posterior el cristalino y parte de la zona de Zinn, y en la circunferencia la parte libre o flotante de los cuerpos ciliares.

 

 

 

FISIOLOGÍA DEL SENTIDO DE LA VISTA

 

 

 

Importancia del órgano de la vista

 

La vista es uno de los más poderosos auxiliares de la inteligencia: contribuye en gran parte a hacernos formar juicio de cuanto nos rodea: de la forma, los colores, las dimensiones, etcétera, de los objetos; nos avisa de los peligros que nos amenazan; nos permite contemplar y admirar las bellezas de la naturaleza; nos proporciona multitud de placeres. En una palabra, los servicios que presta directa o indirectamente son de grandísimo valor, al punto de que puede asegurase que sin el sentido de la vista el progreso habría sido imposible. Una humanidad ciega sería una humanidad estacionaria hasta cierto punto y la vida animal no se diferenciaría de la vegetal.

Los ojos son, además, el espejo del alma, como vulgarmente se dice, porque en ellos se retratan las impresiones, los sentimientos y hasta el carácter y el modo de ser de los individuos; así como la palabra es el intérprete de la razón, la mirada lo es del sentimiento.

 

Los nervios ópticos

 

La visión se verifica por medio de los nervios ópticos, que no ofrecen otra particularidad que la de ser los únicos capaces de transmitir al cerebro las impresiones visuales y de carecer en sí de sensibilidad general. Son los únicos nervios que sirven para la función visual; lo demuestra el hecho de que cualquier lesión en ellos produce infaliblemente alteraciones en la vista y, en muchas ocasiones, su pérdida completa. En cuanto a la insensibilidad general de esos nervios, se pueden pinchar, cauterizar o cortar sin que se manifieste la menor sensación dolorosa. Y no sólo son insensibles los nervios ópticos y la retina, sino que cuando estos tejidos se estimulan se producen impresiones luminosas, lo que está probado por repetidos experimentos.

 

Mecanismo de la visión

 

La luz se transmite por medio del éter, fluido sutil, invisible, imponderable y elástico que, en el decir general de los físicos, llena todo el espacio y por su movimiento vibratorio produce los fenómenos luminosos y otros varios del mismo orden. Estas vibraciones llegan al interior del ojo atravesando sus tejidos transparentes y producen en el cerebro la sensación de la luz. Para comprender bien cómo penetran estos rayos por los medios transparentes del globo del ojo es indispensable conocer las leyes de la refracción de la luz, de la que se ocupa la física, puesto que el globo del ojo es un verdadero instrumento óptico. Entiéndese por refracción el hecho de cambiar la dirección de los rayos de la luz al pasar oblicuamente de un medio a otro de diferente densidad, como se ve al introducir un bastón, por ejemplo, en el agua. Los rayos lumínicos llegan paralelamente a la cubierta exterior del globo del ojo –la córnea–, atraviesan esta membrana, el humor acuoso, el cristalino y el humor vítreo; medios todos que tienen una densidad mayor a la del aire. Estos rayos convergen luego y van a reunirse en la retina, donde se forma la imagen real del objeto. Suponiendo que se tirara una línea recta entre el punto luminoso y la imagen retiniana, esta línea pasaría por el centro óptico del ojo, o sea el punto nodal, que se llama línea de dirección de la visión o línea visual.

El ojo es realmente una cámara oscura. Su parte interna está recubierta por una membrana oscura pigmentosa, la coroides, cuyo fin inmediato es impedir que las imágenes se confundan en reflexión interna. Los rayos de luz penetran por una abertura circular, la pupila, que se ensancha más o menos según las contracciones del iris. Cuando la luz es muy intensa o los objetos están muy próximos, la pupila se contrae, mientras que por el contrario se dilata cuando la luz escasea o los objetos están muy distantes.

La única parte del ojo que percibe la impresión de la luz es la capa de bastoncillos y conos de la retina, como se ve por el siguiente hecho que vio por vez primera Purkinje: se concentra sobre la esclerótica, con una lente convexa de foco corto, una luz intensa en un punto a través de las membranas transparentes del ojo y su imagen llega a la retina. Si se mira entonces una superficie oscura, el campo visual presenta una iluminación amarillo-rojiza de aspecto arborescente producido por la sombra de los grandes vasos retinianos, y al mover la lente en la dirección que sea las sombras de los vasos siguen todos sus movimientos.

No todas las partes de la retina tienen la misma sensibilidad a la luz, pudiendo considerarse en ella, desde este punto de vista, tres zonas: una en que la visión es completa, constituida por la parte central de la retina, en la que se halla la mancha amarilla, que es el punto más sensible; otra en la que la sensibilidad disminuye, formada por la periferia de la retina; y una tercera, totalmente insensible, que corresponde a la pupila del nervio óptico o punto ciego.

 

 

EL IRIS

 

Es una membrana circular y contráctil situada entre la córnea y el cristalino.

La pupila mide de 3 a 4 milímetros, por ella penetran los rayos luminosos.

El iris mide de 12 a 13 milímetros de diámetro y su espesor es de 0,3 milímetros. Su función como órgano es la de un diafragma que regula la abertura pupilar según la intensidad de la luz que le llega.

Se llama miosis a la abertura mínima de la pupila.

Se llama midriasis a la abertura máxima de la pupila.

 

Histológicamente, el iris presenta cinco capas:


·         

dos anteriores: endotelio y basal;


·         

el parénquima o estroma;


·         

dos capas posteriores: basal y epitelial posterior.

 

En el parénquima (estroma o capa media) se observa la presencia de las células cromatósferas o pigmentadas. Según su mayor o menor pigmentación pueden ser abundantes, nulas o escasas. En los iris oscuros hay abundantes células de pigmentos.

La capa epitelial posterior está fuertemente pigmentada. Por esto, en los procesos de “profundidad” de ruptura (hasta la quinta capa de células) se ponen en evidencia las manchas negras características.

El iris está irrigado ricamente por las arterias ciliares cortas posteriores, largas posteriores y anteriores. Estas arterias forman dos círculos arteriales llamados gran círculo arterial próximo a la periferia y pequeño círculo arterial cercano a la pupila.

El sistema venoso es tributario de las venas coroideas.

La inervación del iris es extraordinariamente rica, recibiendo fibras vasomotoras, motoras y sensitivas. El músculo constrictor de la pupila está inervado por el ganglio oftálmico o ciliar (del sistema parasimpático) y por el motor ocular común.

El dilatador de la pupila por ramas del ganglio cervical superior del sistema simpático. Además hay núcleos centrales corticales de regulación pupilar.

Los nervios ciliares cortos son constrictores y los ciliares largos dilatadores.

A través de las múltiples conexiones entre pupilas y corteza cerebral podremos comprender las múltiples influencias que por medio del sistema nervioso pueden llegar al iris.

 

Podríamos inferir los siguientes axiomas:


·         

Los signos de intoxicaciones y los cambios de pigmentación se producen por influencia del sistema vascular.


·         

Las alteraciones del tejido iridal (de sus cinco capas de células) se producen por incidencia del sistema nervioso.

 

 

 

EJEMPLOS GENERALES DE INFORMACIÓN IRIDAL

 

 

 

UNA INVESTIGACIÓN CORRECTA

 

La información que da el iris no “platica” sobre enfermedades.

Sólo destaca anormalidades características del estado del enfermo.

 

Al tejido iridal le suceden fenómenos análogos a los de los órganos correspondientes a cada zona de su topografía

 

En base a la experiencia, podremos reconocer:


·         

Los signos iridianos para cada patología de cada órgano.


·         

Por lo tanto, el diagnóstico de la enfermedad.

 

Empero, debemos estar alertas a los siguientes axiomas:


·         

No siempre es más fuerte el signo iridal en la zona refleja correspondiente al órgano donde se siente el síntoma.


·         

Sino que, será más fuerte el signo en la zona donde se origina el problema.


·         

Por esto podremos afirmar que el estudio del iris nos conduce a la causa física de la enfermedad (primer punto de manifestación orgánica).

 

Por eso sugerimos demorar lo suficiente en dar nuestros diagnósticos patológicos (concretos).

 

Podremos pasar por etapas, como iremos aprendiendo en este curso:


1.  

Observar sin diagnosticar iris de quienes ya sabemos el resultado (por análisis médicos, por ejemplo).


2.  

Diagnósticos de estado de los tejidos (es decir, tal como tenemos la información primaria de esta clase, sabiendo de antemano que no es un tipo de diagnóstico al cual el paciente estará acostumbrado).


3.  

Diagnósticos de relaciones entre los distintos signos dando ideas de las posibles patologías de los órganos indicados en el iris coincidentes con aquellas cuyos síntomas padece el paciente, sumados a las posibles causas desde otros órganos, dando explicaciones de por qué pueden estar relacionados.


4.  

Diagnósticos de patología parcial, es decir, solamente por lo que consulta el paciente. Este diagnóstico ya es de por sí lo suficientemente difícil como para que por buen tiempo no demos diagnósticos completos. Se trata de explicar toda la relación orgánica referida a la dolencia específica, en forma completa y definiendo la enfermedad.


5.  

Diagnóstico completo. Para hacerlo se requiere muchos años de experiencia, aun partiendo de conocer los síntomas del paciente. Consideremos que los mismos médicos pueden llegar a demorar un año o más para encontrar la definición de ciertas enfermedades, aun contando con máquinas de gran avance técnico y muchos años de estudio. Y esto siempre partiendo de la base de saber los síntomas del paciente. Ni hablemos pues del caso de que fuera el paciente al médico y le dijera: “Dígame usted todo lo que tengo, describa usted todas mis dolencias. Sufro muchísimo pero no le daré ninguna ‘pista’”. De seguro, y con razón, el doctor le daría pase a un psiquiatra o una beca para pasar dos o tres años en el sanatorio internado haciéndose análisis de todo tipo y pasando por los diecisiete especialistas. Por tanto, por respeto a sí mismos, les sugiero no hacer de “adivinos” por allí. Porque puede que no falte en su camino algún individuo que con una sonrisita bien escéptica les ofrezca una “apuesta” como en el mencionado ejemplo: “A ver si es cierto que usted ‘lo ve todo’”. “No, qué esperanza, tenemos una técnica para ayudarlo –pueden responderle–, pero no ‘adivinamos’.”


6.  

Además, hay responsabilidad en todo diagnóstico y no debemos prestarnos a esos “juegos”. Que cada quien experimente en su pellejo. Pero nosotros con nuestra responsabilidad: sagrada. Las palabras son pesadas “al final del camino”. Así que digan: “Bien, señor, diga usted qué necesita consultar”.


7.  

Entonces sí, a estudiar; al tiempo nos será sencillo. También consideremos que muchos no van a creer o no del todo. Y esto porque: si está tan difícil para el médico, ¿cómo es que para usted es tan fácil? Total, el público en general es difícil de conformar. Si no le decimos “todo” es porque no nos animamos. Si le decimos “poco” pero con gran convicción, ¿cómo sabe? Así que ahí lo tenemos para ver cómo vamos a hacer. Les hablo desde unos años de experiencia. No somos los únicos. Pueden comentar el caso con otros iriólogos. Conocí uno que decidió callar absolutamente. Ni palabra, cansado ya de tantas dudas y más dudas. Dijo un día: “El que quiera creer, que crea y tome los medicamentos naturales que le doy, y si se siente bien, que siga adelante, y si no, que vaya a otro lugar”. Y bien que le fue y no se hizo “mala sangre”. Otros también lo hicieron parecido, no tan extremo, pero “pocas palabras” y no mucha explicación. Sin embargo, debo decir que no concuerdo con esa idea. Si queremos ayudar en medicina, el paciente tiene que entender, es menester explicar. No hace falta complicarnos con extensas explicaciones intelectuales. Pero el diagnóstico, a la corta o a la “larga”, hay que decirlo.

 

Por eso decimos que tenemos que estudiar mucho primero:


·         

Anatomía del cuerpo humano.


·         

Fisiología o interrelación normal entre los órganos y los sistemas del cuerpo.


·         

Sintomatología indicativa de enfermedades en los órganos o sistemas.


·         

Patología o desorden fisiológico o anatómico-constitutivo.


·         

Topografía exacta de los órganos y sistemas en el iris.


·         

Signatura iriológica de cada enfermedad en el iris.


·         

Formas de expresión convencional de diagnóstico de las diversas enfermedades.


·         

Formas de análisis convencionales de la salud humana, y algo sobre interpretación.


·         

Relación físico-psíquica, aplicación de los conocimientos de causística a partir de la clínica o diálogo para determinar causas psicológicas de las enfermedades y las posibilidades de recuperación a partir de ese conocimiento.


·         

Estudio en detalle de las perturbaciones del sistema nervioso a través del estudio pupilar.


·         

Amplia experiencia en una ética superior, basada en la conciencia, acerca de cómo expresar el diagnóstico según el caso, según nos corresponde y frente a quién.

 

Con lo expuesto pretendemos afirmar enfáticamente que no es un “juego” lo de dar diagnósticos, como tampoco lo de dar remedios. De todas estas formas de diagnósticos, de todos estos necesarios conocimientos, es que trata el presente curso. Les servirá de apoyo, de punto de partida. Pero cada quien hará su experiencia. Alguien me decía el otro día que no sirven de mucho las advertencias, pues hay que “vivir las cosas”. En todo caso, puede que sea así, pero no viene al caso ni a este momento “filosofar” al respecto. Pero, como en el caso de los diagnósticos, entiendo que es mi deber darlas, luego cada quien las toma o las deja. No importa si la “toman con pinzas”, “las atan a su corazón” o las “sepultan en el olvido”. Pero sí importa que si los invito a aprender iriología, sea “en buena ley”. Y no me refiero a nuestras leyes muy humanas, sino a la ley que todo lo dirige.

Lo que sí es cierto referente a la necesidad de experiencia personal es en la interpretación de los signos iridales. Al principio podremos ceñirnos a los ejemplos que escriben algunos autores en sus libros. O a los que daré de mi propia experiencia en el transcurso de este módulo. Pero al poco, no encontramos.

Ya que es tan diversa la patología, si consideramos cada enfermedad como manifiesta en cada individuo en forma diferente según sus causas individuales, no alcanzaría una colección de biblioteca en nuestra memoria para exponer ni para recordar todas las combinaciones posibles de signos iridales.

Por eso insisto en el asunto de las etapas. Al principio la lectura del iris de nuestros primeros casos, basados en los textos y en los ejemplos de interpretación del curso. Pues no pretenderemos reconocer “el lenguaje del iris” de la noche a la mañana. Pero poco a poco iremos reconociendo ese lenguaje y se hará nuestro. He ahí la experiencia. Pero con conciencia y muchísima concentración. Recordemos la práctica que permite desa­rrollar la imaginación conciente y la concentración plena, a su vez. ¿Recuerdan? La concentración en la llama de una vela blanca diez minutos todos los días. En lo personal, considero favorable el uso de la aromaterapia en el consultorio. No sólo porque favorece el “ambiente terapéutico” que se quiera lograr, sino por la velita del hornillo difusor. Quienes conocen el sitio en que atiendo habrán observado que el hornillo se ubica de tal forma que la velita está al alcance de mi vista periférica. ¡Eso favorece la concentración! De ese modo se aprovecha mejor cada observación iridal, cuanto más “presentes” nos encontramos, mejor y menos cansador para la mente.

 

 

REVELACIONES GENERALES DEL IRIS

 

El iris está formado por 7 millones de conos que son los receptores de visión aguda, reaccionando a intensidades relativamente altas para diferenciar los colores.

También presenta millones de bastoncitos que reaccionan a intensidades bajas de iluminación y facilitan la visión corpuscular y nocturna.

Hay perturbaciones en los órganos de los cuales el particular sector irídico es reflejo:


·         

si los elementos que forman ambos iris son desiguales,


·         

si la superficie es granulosa,


·         

si hay depresiones,


·         

si las líneas están torcidas,


·         

si no hay continuidad armónica o pigmentación suave y lustrosa,


·         

si conos y bastoncitos no pueden cumplir sus respectivos cometidos a satisfacción.

 

 

GRADO DE LAS PERTURBACIONES

 

 



Primer grado


Líneas blancas numerosas, algunas entrecruzadas. Líneas intensamente oscuras (predisposiciones catarrales en estado de latencia).

Granulaciones (fibras nerviosas congestionadas).

Signos de debilidad.


Segundo grado


Líneas blancas prominentes, se intensifica su cruzamiento.

Granulaciones de variada estructura.

Los dibujos se deforman.

Manchas por exceso de pigmentos.

Lagunas por falta de color (procesos destructivos).


Tercer grado


Falta de lisura y lustre.

Granulaciones congestivas multiplicadas.

Dibujos deformados.

Cortes y desvíos de líneas.

Depresiones y aglomeraciones pronunciadas.

Proceso en avance con amenaza de crisis.

 

 

SIGNOS FRECUENTES

 




  1. 

Contextura.


Fibras del tejido iridal recto, compactas y uniformes


Buena contextura orgánica.


 


Alteración de las mismas características.


Proporcionalmente al deterioro, falta de vitalidad, contextura inferior.



  2. 

Color.


Azul o castaño brillante, limpios de nubecitas u opacidades.


Pureza orgánica.


 


Anormalidades en esas características.


Impurificación proporcional orgánica.


 


Color general oscuro o negruzco del iris.


Impurificación de la sangre y tejidos. Deficientes eliminaciones por la piel, riñones e intestinos.



  3. 

Tejido iridal.


Esponjamiento en la trama de las fibras iridanas.


Congestión de intensidad variable.


 


Interrupción o ruptura del tejido iridal.


Heridas.


 


Inflamación del tejido iridal.


Dolor e inflamación.



  4. 

Alrededor de la pupila


Color café o amarillo.


Inflamación del aparato digestivo, malas digestiones, fiebre interna.


 


Círculo delgado de color café o rojizo en el borde de la pupila.

 


Debilidad del gransimpático con estreñimiento nervioso.


 


Gran círculo definido.


Persona que traga sus alimentos sin masticar.


 


Borde pupilar irregular.


Intoxicación intestinal o medicamentosa, alteración consecuente de los nervios.



  5. 

Área del estómago.


Tejido esponjoso.


Fiebre estomacal, congestión.


 


Puntos oscuros sobre fondo más claro.


Úlcera estomacal.


 


Hoyitos o anillitos de tamaño variable en círculo.


Desgaste general del tejido, congestión crónica.



  6. 

Área de intestino.


Tejido esponjoso.


Congestión, fiebre intestinal.


 


Tejido disgregado.


Proporcionalmente, peor digestión.


 


Triángulos con puntos opacos.


Lombrices.



  7. 

Área de la piel.


Anillo descolorido o lechoso.


Piel inactiva, fría.


 


Opuesta al color de la zona digestiva.


Desequilibrio térmico.



  8. 

Pupilas.


Distintos tamaños y bordes irregulares.


Afección grave del sistema neuroespinal.


 


Se agrandan o se achican sin motivo.


Irritación nerviosa por venenos o ácido úrico en la sangre.


 


Dilatadas en exceso.


Estreñimiento crónico, intoxicación medicamentosa o lombrices.


 


Signo iriológico que corta el borde pupilar.


Mayor gravedad, compromete el sistema nervioso.



  9. 

Círculos.


Concéntricos cercanos al borde periférico iridal.


Irritación crónica del sistema nervioso por putrefacciones intestinales.


 


Círculos nerviosos que alcanzan el área del cerebro.


Histerismo, vértigo, fluctuaciones del ánimo.



10. 

Manchas.


Rojizas.


Materias extrañas en el organismo.


 


Café y hasta negras, poco limitadas.


Yodo inorgánico.


 


Triangulares y ovaladas con bordes dobles.


Soriasis o sarna.


 


Negras, ovaladas, en forma de pera


Heridas graves, puñaladas, etcétera.



11. 

Decoloraciones.


Color amarillo.


Intoxicación por azufre.


 


Color plomizo.


Intoxicación por plomo.


 


Color amarillo claro.


Intoxicación por aspirina.


 


Color blancuzco.


Intoxicación por salicilato.


 


Color rosado claro.


Intoxicación por bromuro.



12. 

Área del esófago.


Líneas longitudinales finas y cortadas.


Ingestión de comidas demasiado calientes.



13. 

Coronas.


Como copos blancuzcos cerca de la zona de la piel.


Intoxicaciones por sustancias inyectadas.



14. 

Área del corazón.


Esponjamiento del tejido.


Congestión del músculo cardíaco.



·         

 


Señales color café amarillo.


Efectos de la nicotina.



15. 

Nubes.


Blancas que se disipan.


Inflamaciones pasajeras.


 


Cenicientas y sucias.


Intoxicación general.



16. 

Áreas del cerebro.


Líneas o surcos radiales desde la zona digestiva.


Dolor de cabeza de origen intestinal.


 


Nubecilla en el borde exterior.


Mareos, vahídos, desvanecimientos, pérdida de memoria y de vista.


 


Nube lechosa más cargada y extensa


Propensión a la parálisis



17. 

Señales.


Bien negras con bordes blancos.


Golpes o fracturas.


 


Fibras cortadas.


Lesiones orgánicas.


 


Destrucción del tejido iridal con cortes de las fibras.


Procesos destructivos, como gangrena, lesión cancerosa o tuberculosa, etcétera.

 

 

LA RELATIVIDAD DE LOS SIGNOS IRIOLÓGICOS SEGÚN SUS DIVERSOS CRITERIOS

 

SIGNOS COMBINADOS

 


1. 

De color: que modifican la tonalidad de los conos y los círculos del iris.


2. 

De simetría: que alteran las simetrías que forman los círculos y los conos.


3. 

De limpidez: que deforman los dibujos de los hemiciclos y los radios del iris.

 

Se combinan en diversos procesos:

 




  1. 

Destructivos


Máculas blancas y puntiagudas.



  2. 

Crónicos


Máculas blancas y punteado negro.



  3. 

Subagudos


Nubéculas punteadas de distintos colores.



  4. 

Febriles


Nubéculas blancas y punteado amarillo o rojizo.

 

En el iris se indican:


1. 

Las perturbaciones que se padecieron.


2. 

Las que se padecen.


3. 

Las que están en vías de desarrollo.

 

De los tres tipos de modificaciones, combinados en cualquiera de los cuatro tipos de procesos, según el tiempo de la patología (pasada, actual o en gestación), los signos podrán tener diversos significados. He ahí la dificultad mayor, que requiere experiencia y todo tipo de datos previos que se puedan obtener (del diálogo, clínicos, etcétera).

 

Los siguientes son tan sólo ejemplos de los estados descriptos:

 



Latencia por herencia.


Diferencias mínimas con relación al iris límpido, perfecto, de un recién nacido sin herencia patológica. Lo heredado puede desarrollarse o no, según las condiciones de vida.


Latencia en progresión.


Decoloración pardusca en el sector correspondiente a la herencia que está comenzando a afectar.


Cronicidad destructiva.


Puntos negros sobre fondos claros, depresiones de tejido.


Cronicidad crítica.


Manchas negras, perforación hasta la capa profunda. Cuando la crisis está para culminar aparecen manchas en la conjuntiva que se ennegrecen rápidamente, hay venillas amoratadas o negras, secreción junto a la pupila, opacidades en la córnea.

 

 

CORRESPONDENCIAS ZONALES FRECUENTES

 



Signos en el blanco del ojo (esclerótica).


Lisa, clara, suave, lustrosa y tersa.


Facilidades locales de circulación y renovación celular.


 


Manchas.


Adherencias de humo o hierro contenidos en el agua que se ingiere.


 


Congestiones.


Deficiencias circulatorias.


 


Falta de lustre.


Deficiencia de riego lagrimal.


 


Nubéculas.


Principio de invasiones inorgánicas que amenazan llegar al iris y hasta a la pupila. Desarrollan perturbaciones similares en los órganos a los que se dirigen.

 


Signos en el círculo de la piel.


Lustroso, igual, con línea bien pigmentada, grácilmente curva, suave, brillante, límpida en sus tonos y tersa en la túnica que la sustenta.


Piel que absorbe, excreta, secreta, aspira, espira, protege, irradia calor, siente y presiente a satisfacción.


 


Manchas oscuras, nubéculas, rebordes blancos o negros, escamas.


Piel atónica o anémica.


 


Círculo borroso y mal conformado.


Estados crónicos, debilidad progresiva de defensas, corazón con exceso de trabajo, circulación pobre en las extremidades.


 


Círculo oscuro y escamoso en el sector cerebral.


Mente lerda. Poca concentración, dolor de cabeza, deficiencias en el cuero cabelludo.


 


Línea bien conformada pero con elevaciones.


Se ha detenido un proceso patológico en formación.


Signos en el círculo linfático.


Rosario, lentejuelas que se empalman entre sí.


Perturbaciones del equilibrio bioquímico relacionado con vasos y ganglios linfáticos.


 


Rosario completo, que cierra el círculo.


Condiciones mórbidas en todo el sistema linfático.


 


Círculo prominente.


Acidez excesiva, posible reumatismo, presión alta, arteriosclerosis en aumento, ingestión no asimilada de ácidos minerales.


Signos en el círculo del sistema nervioso autónomo.


Pureza de la línea.


Tonicidad del sistema nervioso.


 


Desviaciones, puntos negros, puntos pálidos o de color.


Deficiencias nerviosas en los órganos correspondientes.


Signos en el círculo intestinal.


Pequeñas manchas que varían en color y tamaño.


Úlceras.


 


Manchas muy oscuras y definidas.


Epilepsia.


 


En el iris de un niño.


Lombrices.


 


Puntos blancos con borde oscuro.


Parásitos.


Signos por el círculo estomacal.


Manchas de distintos colores.


Exceso de distintas sales inorgánicas.

 

 

 


Crónicas

 

 

 

Crónica 47 (el iris perfecto)

La bebé S. T.

 

Es una bebé de tan sólo 5 meses y 20 días. Llegó en brazos de su madre, quien la trae para averiguar si se puede resolver con métodos naturales la alergia que padece desde los 2 meses y medio.

Tiene la piel descamada y prurito en algunas zonas de la piel y en el cuero cabelludo. La pediatra le informó que además observaba un poco de seborrea. Lo único que me podía informar la madre, como datos extra, es su nacimiento, normal, y que su descanso a la noche es bastante interrumpido. El siguiente detalle, ante mi pregunta sobre una posible afección heredada, me dio cierta pista que podía ser importante. La madre padecía una soriasis leve.

Procedí al estudio del iris. No ofreció ninguna dificultad, pues la bebé, sonriente, miraba la lupa abriendo muy grande sus ojos.

El resultado fue contundente. Ojos avellana de contextura totalmente lisa, de superficie brillante, pigmento distribuido ordenadamente, límpido y simétrico. El círculo linfático igualmente perfecto. El círculo de la piel igualmente perfecto. Sólo un pequeño signo, un arco pequeño de circunferencia, claro, sobre el círculo del sistema nervioso autónomo.

—¡Es solamente alergia nerviosa! Por un momento pensé en un comienzo de soriasis, por la herencia. Pero nada de nada signado en la piel. Su dermis permanece intacta. Eso es superficial, al menos al día de hoy no ha heredado su soriasis. Le indicaré un jarabe suave ideal para bebés con estados nerviosos y una loción diluida con aceites esenciales que le quitará el prurito. Todo eso durará poco. Antes he visto bebés con algunos signos de latencia por herencia. ¡Pero a no ser por un solo signo, y leve, el iris de su hija refleja excelente salud presente y futura, es un iris perfecto!

 

 

 

ANATOMÍA DEL OJO

 

 

 

 

Ojo muy aumentado. 1. Parte delantera (córnea) del ojo, por donde penetra la luz. 2. Blanco del ojo, que es la cubierta blanca y resistente, protectora del ojo. 3. Cámara anterior del ojo, llena de un líquido transparente (humor acuoso). 4. Iris, membrana de color azul o pardo que equivale al diafragma de una cámara fotográfica. 5. Pupila, agujero por el que pasa la luz. 6. Cristalino o lente del ojo. 7. Músculo de la acomodación. 8. Cuerpo vítreo, transparente, y fondo del ojo. 9. Corte de la retina o membrana sensible a la luz. 10. Membrana que nutre el ojo, con sus conductos de sangre.

 

 

 

 

 

 

Esquema de un ojo muy aumentado, visto por fuera y por dentro, para mostrar sus diversas partes. 1. Parte delantera y transparente del ojo, que deja pasar la luz (córnea). 2. Blanco del ojo, que es una membrana resistente y de color blanco que protege el ojo, llamada esclerótica. 3. Cámara interior del ojo, llena de un líquido transparente (humor acuoso). 4. Membrana, de color pardo, azul o verdoso claro, según las personas, llamada iris, que sirve de diafragma al ojo, permitiendo que llegue al fondo del ojo mayor o menor cantidad de luz. En las diversas zonas del iris, correspondientes a los órganos del cuerpo humano, se reflejan muchas alteraciones y enfermedades de estos últimos, por signos y señales. 5. Pupila o niña del ojo, que es un agujero que atraviesa el centro del iris y que se encoge o ensancha según los estímulos nerviosos que recibe. Por la pupila penetran los rayos de luz que llegan al fondo del ojo. La pupila es de color negro porque éste es el aspecto del fondo del ojo visto a través de la pupila. 6. Cristalino o lente del ojo, semejante al sistema de lentes de una cámara fotográfica. 7. Aparato suspensor del iris y del cristalino, y músculos que mueven a este último. 8. Cuerpo vítreo. 9. Retina o fondo sensible del ojo, donde se proyectan las imágenes, semejante al clisé de una cámara fotográfica. 10. Nervio óptico, atravesado por conductos de sangre. 11. Membrana que sirve para la nutrición del ojo con sus conductos de sangre. 12. Músculos que mueven el ojo.

 

 

 

El globo ocular está provisto de seis músculos externos, cuatro rectos y cuatro oblicuos, de los cuales los superiores pasan sus tendones por una polea. Este sistema, a primera vista simple pero en realidad muy complicado, hace posible mover ambos ojos de tal modo que cada imagen se forma al mismo tiepo en la mancha amarilla de la retina de ambos ojos, independientemente de la dirección en que se mire y la distancia del objeto.

 

 



HIPERMETROPÍA, MIOPÍA Y OJO NORMAL

 

ASTIGMATISMO

 

Una persona afecta de astigmatismo (con lo cual el poder de refracción del ojo no es igual en todas direcciones) como máximo puede distinguir bien un solo rayo.

 

PUNTO CIEGO

 

En el punto por el que entra el nervio óptico en el ojo no hay elementos foto­sensibles; con esta parte de la retina no se puede ver; es el punto ciego, que se encuentra muy cerca del punto de inter­sección del eje ocular con la retina. Algo externamente al punto ciego se encuen­tra la mácula amarilla; ésta no posee bas­toncitos sino un delgado mosaico de co­nos en los que es posible un análisis muy exacto de la imagen; cuando quere­mos ver algo, giramos el ojo de tal forma que el objeto viene a situarse en la pro­longación de la línea que conecta el cen­tro óptico del ojo con la mácula amarilla (línea óptica). Para demostrar la existen­cia de la mancha ciega, tápese el ojo iz­quierdo y mire la cruz con el ojo derecho: lentamente acérquese el libro al ojo. En un momento dado el punto desaparecerá. El cuadro de la izquierda da la explicación de la dasaparición del punto.



SIGNATURA IRIOLÓGICA DE CORAZÓN Y RIÑONES

 

 

 

 

SIGNATURA IRIOLÓGICA DE CEREBRO, APARATO URINARIO

Y ÓRGANOS GENITALES

 



SIGNATURA DE LA ZONA INTESTINAL, UBICACIÓN EN EL IRIS

 

 

 

 

 

El tubo digestivo (estómago e intestinos) y las zonas del iris en las que deben buscarse las alteraciones que pueden causar las enfermedades de estos órganos.

 

 

¿Sabías que…

 

…el iris de nuestros ojos permite asomarnos a la condición actual de nuestras vísceras y de nuestro organismo en general de un modo tal que generalmente ni los sistemas de radiografía ni analítica pueden aportar la información que aquéllos dan?... Además de que como técnica sólo nos pide soportar la ligera molestia que produce un poco de luz en nuestro ojo durante los momentos de la observación.

 

…la dificultad principal para que sea aceptada como técnica de diagnóstico por las medicinas “oficiales” está en que obligaría a considerar al organismo como “un todo inseparable” y con permanente interacción entre cada una de sus áreas y sistemas (comprometería la validez de las “especializaciones” médicas, base de los sistemas oficializados actuales), y que comprometería, igualmente, a considerar al sistema digestivo como centro fundamental en los procesos de salud del cuerpo y de la mente, y no fundamentar tantas intervenciones médicas sobre la acción de los “fantasmagóricos” virus (tan socorrida ante la clara demostración de ignorancia fisiológica), microbios y otros factores vivos, cuya acción es precisa en los procesos orgánicos que no son conducidos de forma correcta por la persona con desarreglos funcionales? Y también en que desbancaría mucho del extremado mercantilismo existente en la instrumentación clínica basado en la consideración de mayor importancia de lo que puede ser observado por medios artificiales, complejos y sofisticados sobre la propia observación natural y sencilla.

 

…el iris nos hace ver que ninguna enfermedad está fuera de las circunstancias que genera la condición estructural orgánica de cada persona, y que nada se debe a factores “fortuitos” de contagio o circunstancias externas, y que teniendo en cuenta nuestra condición orgánica personal y adecuando nuestros hábitos nutricionales a la misma, difícilmente llegaremos a disfunciones que incluso pudieran achacarse a factores hereditarios? La química nutricional, aunada a las circunstancias fisiológicas personales, va a marcar la pauta tanto de los modos de la anatomía corporal como de sus diversos funcionalismos e, igualmente, de los comportamientos de nuestra mente.

 

…la clave esencial del análisis irídico está en que permite ver la condición viva y natural de procesos internos estructurales y no sólo factores sintomáticos aislados y fuera del propio contexto orgánico?

 

…para asomarte al iris es importante estar mentalizado en que estás ante un organismo vivo y completo, abierto a cuanto él viene a mostrarte y no sólo a lo que tú quieres alcanzar a ver? De esta manera lo más importante aflorará a tu percepción sin dejarte condicionar por los síntomas que más aquejen a la persona, que en número importante de veces no será la clave a considerar de la patología que muestre externamente o a su sentir.

 

…ante el análisis irídico debes salirte de la nomenclatura tradicional de enfermedades y afecciones, ya que te sitúas ante condiciones estructurales orgánicas y posibilidades de su fisiología, sin que valgan de mucho (sólo para orientación de lo que la persona dice padecer) los nombres clásicos de las afecciones, pues todo habrá de personalizarse, ya que nunca habrá dos afecciones con las mismas implicaciones orgánicas ni una misma vía de salida (la nomenclatura o “nombres” de la enfermedad sirve al uso de los tan socorridos “vademécum” profesionales elaborados principalmente por la intervención de la industria química e instrumental que dirige la sanidad actual)?

 

…el iris nos dice lo inoperativo de algunos suplementos dietéticos que tratan de remineralizar nuestro organismo con sustancias desnaturalizadas tras su paso por determinados procesos de laboratorio y que luego se van almacenando en algunas áreas orgánicas cuando no pueden ser fácilmente eliminados por nuestro metabolismo?

 

...y la importancia de la piel (localizable en la periferia irídica) como factor de vía externa complementaria de las funciones pulmonares y renales, donde cualquier signo [granos, psoriasis, escamaciones, etcétera) viene a mostrar condiciones anómalas en dichos órganos y los sobrecargos que origina en la periferia orgánica como intento de paliar aquellas deficiencias cuando no se acomodan a ellas los hábitos nutricionales?

 

 

 

PRIMER FOLLETO

 

 

 

 

 



 






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